martes, 11 de septiembre de 2012

Argentina


Pueblos Originarios

“Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos. Garantizar el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural; reconocer la personería jurídica de sus comunidades, y la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan; y regular la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo humano; ninguna de ellas será enajenable, transmisible, ni susceptible de gravámenes o embargos. Asegurar su participación en la gestión referida a sus recursos naturales y a los demás intereses que los afectan. Las provincias pueden ejercer concurrentemente estas atribuciones.”

Artículo 75, Inciso 17 de la Constitución Nacional.



Los Orígenes
Las primeras tribus de cazadores de origen asiático llegaron a América a través del Estrecho de Bering hace unos 30.000 años aproximadamente, en tanto que su arribo al actual territorio argentino se considera producto de migraciones internas ocurridas hace 18.000 años.


Estos pueblos se asentaron básicamente en dos regiones: la montaña y la llanura. Con respecto al primer hábitat, los testimonios más antiguos con que se cuenta son los rastros de núcleos poblacionales que datan de hace 8.000 años en Ayamapatín (Provincia de Córdoba) e Inti Huasi (Provincia de San Luis). Vestigios hay también de otra cultura antigua en Tafí (Provincia de Tucumán), de pueblos que trabajaban la piedra y la cerámica. Más reciente resulta la civilización de La Aguada (territorio comprendido por las provincias de San Juan, La Rioja y Catamarca), cuyos pobladores se dedicaban al cultivo del maíz y al trabajo en bronce y cuyo desarrollo se ubica entre los años 800 a 650.

En cuanto a los asentamientos de llanura, se registra la presencia de un núcleo poblacional en Tandil (Provincia de Buenos Aires), de aproximadamente 6.000 años de antigüedad, cuyos habitantes trabajaban la piedra y la cerámica. En el Litoral, iguales vestigios dan cuenta de la llamada Cultura del Alto Paraná, de la misma data.

En el extremo sur y los canales fueguinos se considera la llegada de los primeros hombres hace 6.000 años, los que habitaban en viviendas circulares semienterradas, vivían de la caza y la pesca, empleaban botes y arpones para la caza de mamíferos marinos y recolectaban moluscos.

Con la llegada de los conquistadores españoles los pueblos indígenas vieron truncadas sus posibilidades de desarrollo cultural.

Dónde Vivían

En el Noroeste
La cultura diaguita fue la más compleja y numerosa de las poblaciones indígenas. Aproximadamente unos 200.000 habitantes conformaban su población a la llegada de los conquistadores. Eran expertos agricultores que habían desarrollado canales de riego para sus plantaciones de maíz, zapallo y porotos. Adoraban al sol, el trueno y el relámpago. Tenían jefaturas similares a los cacicazgos y sus familias eran monogámicas.

En las sierras
En la zona de las sierras centrales estaban asentados los comechingones y los sanavirones. Vivían de la caza, la recolección y la pesca; cosechaban maíz, porotos y zapallos. Practicaban el culto al sol y a la luna.

En Cuyo y Neuquén
La cultura de los huarpes ocupó las actuales provincias de San Juan, San Luis y Mendoza. Eran agricultores, cosechaban maíz y cazaban guanacos y ñandúes. Trabajaban la cerámica y creían en la existencia de un ser supremo.
La cultura pehuenche caracterizó a la zona de Neuquén. Sus habitantes vivían de la caza y de la recolección, se agrupaban en clanes familiares y creían en un ser supremo que moraba más allá del mar.

En la Pampa y la Patagonia
Fue habitada por los querandíes y los araucanos provenientes del Chile actual. Los tehuelches y los onas ocupaban el sur, en tanto que en la zona central se hallaban asentados los pampas. Todos estos pueblos tenían características comunes: vivían de la caza de liebres, zorros, ñandúes y de la pesca. Tenían asimismo un grado importante de organización social que les permitía convivir agrupados, bajo el liderazgo de un cacique.

En el Gran Chaco
Antes de la llegada de la conquista española, esta región era habitada por tobas, mocovíes y abipones. Eran básicamente cazadores y recolectores. Estaban integrados en un sistema social de clanes, liderados por un cacique. La estructura social era de carácter monogámico pero a los jefes les estaba permitida la poligamia.

En el Litoral
En esta zona predominó la cultura guaraní, fruto de un pueblo de mansos agricultores que muy pronto se sometieron al dominio español. Vivían en grandes casas donde se alojaban varias familias. Creían en la tierra sin mal, una suerte de paraíso perdido, al que regresarían algún día.


Para Agendar -Línea Gratuita de Consulta

El Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) cuenta con una línea gratuita 0800–999–4624 para todo el país donde se pueden realizar consultas sobre el organismo y sus áreas.

Día Internacional del Indígena

La Asamblea General de las Naciones Unidas, instauró como fecha de celebración del Día Internacional de los Pueblos Indígenas el 9 de agosto de cada año.

Lenguas Originarias

El Programa de Lenguas Originarias es un nuevo emprendimiento educativo desarrollado por la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires, junto con distintos claustros de la comunidad universitaria. Se propone abrir un espacio que ofrezca a los alumnos la posibilidad de acceder al patrimonio cultural argentino  en un marco de igualdad lingüística y resignificación de las culturas originarias americanas, aportando así a la conservación y difusión de los patrones culturales de nuestros pueblos originarios.

Acceda a más información en el Centro Universitario de Idiomas (CUI) de la Universidad de Buenos Aires. 
http://www.argentina.gob.ar/pais/poblacion/47-pueblos-originarios.php

lunes, 10 de septiembre de 2012


Pueblos originarios de Chile: tehuelches

Tehuelche fue el nombre que le pusieron los mapuches a los pueblos que vivían en la pampa chilena y argentina, al norte del estrecho de Magallanes.
 Museo Chileno de Arte Precolombino, con imágenes para aprender sobre las culturas ancestrales de nuestro país.
Entre los fríos canales y fiordos del sur de Chile, vivió un gran grupo de personas que cazaban en el continente y pescaban en grandes canoas en el mar. Con el tiempo se ha comprendido que toda esta gente formaba distintos grupos o pueblos, cada uno con sus diferencias y particularidades. Dentro de esta variedad se pueden distinguir dos estilos de vida: los cazadores terrestres y los canoeros australes. 

Los cazadores terrestres
Los primeros cazadores terrestres llegan al extremo sur con las bandas que poblaron nuestro continente. Estos grupos se adaptaron exitosamente al medio ambiente extremo de la región austral, donde cazaron ciervos, guanacos, zorros, aves y roedores. En un principio utilizaron para cazar boleadoras y lanzas con puntas de piedra, desarrollando tiempo después el arco y la flecha. La enormidad del territorio y las distintas barreras naturales hicieron que, con el tiempo, se separaran las comunidades y cada una desarrollara sus propias costumbres, idioma y estrategias de vida. Entre los cazadores terrestres encontramos a los tehuelches o aonikenk y los selk’nam u onas. 

Los tehuelches
Tehuelche fue el nombre que le pusieron los mapuches a los pueblos que vivían en la pampa chilena y argentina, al norte del estrecho de Magallanes. Unos de los mitos que se crearon con la llegada de los primeros navegantes europeos fue la existencia de personajes gigantes a quienes llamaron patagones, dándole el nombre a la región. Estos “patagones” eran los mismos tehuelches, también llamados aonikenk.

Los grupos tehuelches tienen una larga historia, que ha sido rastreada por los arqueólogos, quienes han descubierto que hace 4500 años atrás existieron grupos de personas que vivían de manera similar, compartiendo semejantes formas de hacer sus herramientas y armas, también las técnicas de caza y las viviendas. 

Originalmente los tehuelches se organizaban en grupos nómades de alrededor de 100 personas, que se dedicaban a cazar guanacos y ñandúes y recolectaban productos de la costa y del bosque. Luego del contacto con la cultura occidental, introducen el caballo a su sistema de vida, lo que causa profundos cambios: se alargaron las distancias que recorrían, entrando en mayor contacto con los pueblos vecinos, en especial con los mapuches. 

Economía: De gran importancia en la vida de los tehuelches fue el guanaco, cazado para utilizar su carne como alimento y su cuero como vestimenta y toldo para las viviendas. Como armas usaban el arco, las flechas y las boleadoras. También recolectaban vegetales, hierbas medicinales y productos del mar. Las mujeres estaban a cargo de las actividades domésticas, como la recolección de la leña, la búsqueda de agua, cocinar, instalar y desarmar el toldo, criar a los niños; además trabajaban el cuero y fabricaban otros objetos como mantos, bolsos, cinturones y naipes. Los hombres eran los encargados de la caza, fabricar herramientas y armas, pero también tenían mucho tiempo libre durante el cual jugaban, comían y descansaban.

Arte: Una de las expresiones artísticas que desarrollaron los tehuelches fue la pintura, con la cual decoraron desde sus toldos hasta su cuerpo. Se pintaban las caras y el cuerpo para sus ceremonias y pintaban sus mantos de cuero con dibujos geométricos de fuertes colores. Por el contacto con los europeos adaptaron el juego de naipes y dados, los primeros los hacían con trozos de cuero pintados y los segundos los fabricaron con huesos de huemul. 

Organización social: Los tehuelches eran un pueblo cazador-recolector nómade, que se agrupaba por familias, que al sumar 12 conformaban una banda. Tenían un jefe que se encargaba de elegir y organizar el lugar para levantar el campamento, pero no tenía mayores poderes, en general eran bastante independientes entre sí. 



POBLACIÓN INDÍGENA EN EL VIRREINATO DEL RÍO DE LA PLATA

En lo que es actualmente el territorio argentino, vivían diversas tribus aborígenes que alcanzaron diferentes grados de civilización. Los pueblos más adelantados se caracterizaron por sus progresos en la agricultura, por la construcción de sus viviendas, por la variedad de sus industrias y por la mayor riqueza de su lenguaje. Los pueblos menos civilizados fueron también los menos apegados a la tierra, habitaron en viviendas deficientemente construidas o tolderías y, muchas veces, no llegaron siquiera a establecerse en un sitio fijo.

Teniendo en cuenta la distribución geográfica, han de considerarse los siguientes gruposaborígenes:
En la región del noroeste vivieron los diaguitas, que fueron los más adelantados de todos los indios de nuestro territorio. Con piedras unidas sin cemento construyeron sus viviendas, las cuales estaban agrupadas formando verdaderas poblaciones. Usaban como vestimenta una especie de camisa larga, calzaban alotas de cuera y se adornaban con vinchas, collares y pulseras. Gustaban pintarse el rastro con vivos colores. Fueron inteligentes agricultores -sembraban maíz, papa y porotos- y diestros alfareros y tejedores; trabajaron también hábilmente el oro y la plata.
Debido a la aridez de la región en que vivían -montañosa, escasamente regada y de suelo pedregoso y duro- los diaguitas se vieron obligados a trabajar la tierra al modo quechua, labrando terrazas escalonadas en la montaña y realizando obras de riego por un sistema de acequias. Cultivaban el maíz, el poroto, la papa y el zapallo. El algarrobo, árbol propio de la zona, era fundamental para su economía, ya que de él obtenían, además de la dura madera y del exquisito fruto, una fuerte bebida fermentada, la aloja, a la que eran muy afectos. Conocían también numerosas plantas medicinales y tintóreas.
En cuanto a los animales, domesticaron la llama, a la cual los españoles de la conquista, no sabiendo con qué compararla, dieron sucesivamente los pintorescos nombres de oveja grande, camello mediano y carnero de la tierra. También domesticaron ñandúes, pavos de monto, patos y pecaríes.
Las viviendas diaguitas, bajas y cuadrangulares, tenían paredes de pirca, es decir, hechas con piedras unidas sin cemento. Las aberturas eran libres, sin hojas de puertas ni ventanas. En lo alto de los cerros construían fortificaciones ubicadas estratégicamente. Estos largos muros de piedra, llamados Pucarás, tenían carácter defensivo y alcanzaban a veces varios kilómetros de extensión.
Tanto los hombres como ¡as mujeres diaguitas vestían una camisa larga hasta los tobillos hecha generalmente de ¡ana tejida, y calzaban ojotas de cuero. Usaban el pelo largo y recogido en complicadísimos peinados de los que estaban muy orgullosos. Se adornaban con vinchas y plumas y se pintaban el rostro:
Los diaguitas fueron magníficos alfareros. De su cerámica, colorida y rica, se han hallado innumerables muestras. La forma predominante es la de las urnas, decoradas con tal profusión de elementos, que no es exagera. do decir que no hay dos iguales. En estas urnas enterraban a su niños cuando morían. Emplearon como motivos esenciales de la decoración los rasgos humanos (cejas, ojos, narices, bocas, dientes), los elementos animales (avestruces, sapos, serpientes), e infinidad de elementos geométricos (círculos, rombos, grecas, reticulados). El rojo, el negro y el amarillo fueron los colores predominantes.
Trabajaron también la piedra, con la que fabricaron pequeñas estatuas, armas y utensilios diversos. Fueron, además, hábiles cesteros, hilanderos y tejedores. En menor escala tallaron la madera y el hueso; en cuanto a los metales, utilizaron especialmente el cobre y, en mucho menor proporción, el oro y la plata.
Como otras manifestaciones de su arte se conservan numerosas pictografías que representan escenas de la vida diaria, animales y multitud de signos cuyo simbolismo se desconoce. Su música, de carácter guerrero, era interpretada con instrumentos de hueso, de arcilla o de piedra (flautas, silbatos, cornetas) ; también tenían cascabeles hechos con nueces, tambores y calabazas huecas, en cuyo interior ponían semillas o piedrecitas.
Los diaguitas constituyeron un pueblo esencialmente belicoso. Obedeciendo a esta condición natural, manejaban con gran rapidez y destreza el arco y la flecha. Usaron además otras armas picas, mazas, hachas y hondas.
Socialmente, vivían agrupados en familias -constituidas por cuatro o cinco miembros- y agrupadas, a su vez, en tribus que obedecían a un cacique. Poco se sabe de sus creencias religiosas, salvo que adoraban al Sol y a las fuerzas naturales. T4nían sacerdotes especiales, magos o hechiceros, y creían en el más allá. Velaban a sus muertos durante ocho días y, luego de enterrarlos, guardaban luto -con vestidos negros al modo europeo- durante un año.
Los pueblos del Chaco ocuparon las llanuras boscosas del norte. Vivían en chozas hechas con ramas y paja. Se cubrían con mantas tejidas o camisas, pero solían andar semidesnudos. Se adornaban con collares, pulseras y plumas y gustaban también de pintarse el rostro. Fabricaban rudimentarios utensilios domésticos, armas y canoas. No cultivaban la tierra, y su alimentación provenía de la caza y de la pesca, abundantes en la zona. Comían también algunos vegetales y frutas silvestres.
El territorio de la Mesopotamia estaba habitado por los guaraníes, que vivían en chozas hechas de barro y paja y dormían en hamacas. Los hombres andaban semidesnudos, y las mujeres vestían una camisa larga, el tipoy. Unos y otras iban descalzos. Cultiva. ron el maíz, el zapallo, la mandioca y el algodón; conocieron también las propiedades curativas de algunas plantas y las aplicaron en su primitiva medicina. Fueron, además, tejedores y alfareros. Amaban la música y la danza. Su lengua, el guaraní sigue hablando aún entre sus descendientes.
La inhóspita Tierra del Fuego estuvo poblada por los onas y los yaganes, que fueron los más primitivos de cuantos habitaron el territorio argentino. Los onas vivían en rudimentarias tiendas hechas con cueros sostenidos por palos.
Los yaganes -o yamanes- fabricaban toscas chozas con ramas y pasto, pero frecuentemente solían pasar largas temporadas en sus canoas -hechas de madera o corteza-, recorriendo el litoral marítimo, lo cual les valió el nombre de canoeros. Tanto los unos como los otros se cubrían sólo a medias con cueros de guanaco; los yaganes solían untarse el cuerpo con grasa, para combatir el frío. Tratándose de pueblos nómadas, sólo se alimentaban de lo que ocasionalmente obtenían del mar y de la tierra: peces, moluscos, algas, aves marinas, hongos, raíces y frutos silvestres.
La vasta y desolada Patagonia estuvo habitada por los patagones o tehuelches, que vivían en toldos de cuero, se cubrían con cueros y mantas y usaban una especie de calzado rudimentario. Fueron avezados cazadores, pero no cultivaron la tierra.
Diversas agrupaciones aborígenes ocuparon la vasta llanura uniforme y monótona del centro del país, cuyo nombre indígena, pampa, significa campo abierto, campo raso. Estas tribus primitivas vivían en toldos de cuero armados sobre estacas. No fueron agricultores ni sedentarios, y se alimentaban preferentemente de los animales que cazaban. Fueron alfareros y tejedores.
Entre las tribus que constituían los pueblos pampas, ha de citarse a los guaraníes y a los puelches. También vivieron en la pampa los araucanos, provenientes de Chile, que primero se establecieron en el oeste y luego se extendieron hacia el este, desalojando a las otras tribus.
Los araucanos eran, después de los diaguitas, los aborígenes que alcanzaron más alto grado de civilización. Vestían mantas de vivos colores, sujetas a la cintura, y calzaban rudimentarias botas de cuero. Usaban adornos sencillos de plata, y eran excelentes tejedores. Existen aún tribus araucanas en las provincias de La Pampa, Río Negro y Neuquén.
http://www.portalplanetasedna.com.ar/aborigenes_argentina.htm

jueves, 6 de septiembre de 2012

Cuadro cronológico mesoamérica..

Cuadro Comparativo: "áreas culturales prehispánicas"



Característica 
Mesoamérica
Aridoamérica
Oasisamérica
Concepto



En medio de América. Área cultural.
Área cultural que se extiende a los límites del norte de Mesoamérica.
Llamada así porque es una franja húmeda (oasis) dentro de una región desértica.
Sociales
Eran politeístas. Construyeron centros ceremoniales. Gobernaba la teocracia. Desarrollaron escultura, pintura, arquitectura, alfarería. Se dividían en tres clases sociales: macehuales, pochtecas y pipiltin.
Caza y recolección de frutos. Pesca cerca de las costas. Nómadas (o seminomadas) agrupados en bandas. Trabajaban las pieles de animales. Realizaban intercambio de mercancías (trueque) 
Seminomadas agrupados en pequeños núcleos. Se dedicaron a la alfarería, construyeron obras hidráulicas. Trabajaban la cerámica en color negro y rojo.
Naturales
Zona húmeda templada y tropical.
Zona desértica o semidesértica. Escasea el agua y la vegetación. Temperaturas elevadas. Zona árida con suelos de origen volcánico.
Región húmeda dentro de una amplia zona desértica.
Culturas
Olmecas, totonacas y huastecos. Zapotecos y mixtecos. Los mayas. Teotihuacanos, toltecas, mexicas y tarascos.
Chichimecas, tarahumara, Opata, Jova,
Cultura Casas Grandes (Chihuahua).
Shosones (Fremont).
Descripción espacial
Veracruz, Tabasco, Teotihuacán, Hidalgo, Yucatán, Oaxaca, Puebla, San Luis Potosí.
Coahuila, Chihuahua, Nuevo León, Tamaulipas.
Actual suroeste de Estados Unidos (Arizona, Utah, Nuevo México, Nevada). Sonora y Chihuahua.
Regiones
1.-Costa del golfo de México.
2.-La Oaxaqueña.
3.-La Maya.
4.-Altiplano Central.
5.-Occidente de México.

Hohocam
Anasazi
Mogollon
Fremont
Pataya
http://krnhc-krnhistoriademexico7.blogspot.com.ar

Sobre los INCAS...



Los Incas, sus orígenes, su evolución y la conquista española


PRIMERAS CIVILIZACIONES PRECOLOMBINASLos Pucarás de Tilcara en la provincia de Jujuy (Argentina), fueron construidos de piedras y tenían una función militar, formaban parte de la red del Camino del Inca en territorios calchaquí y diaguitas. La red del Camino del Inca abarcaba unos 40.000 km. de largo. A través de él se logró unir a mas de cien poblaciones difundiendo sus creencias, religión y lengua (quechua)
Los Incas:  Machu Pichu y el Cuzco: El Cuzco ocupa un valle situado a 3.400 metros sobre el nivel del mar. Se atribuye al Inca Pachacutti (1438-1471) la reconstrucción del Cuzco como una ciudad monumental En ella se instalaron grandes almacenes de granos, barrios, un complejo sistema de riego y depósitos de todo tipo.  Los templos y los pucarás  (construcciones militares) ocuparon un lugar preponderante en la ciudad. La construcción de Machu Pichu fue un claro ejemplo de ello. Fue construida en el Cuzco a alturas casi inaccesibles, con fines religiosos y militares. 
Según la leyenda fueron cuatro hermanos los fundadores de la familia Inca. A Manco Capac considerado como héroe y un dios, fue el fundador del Cuzco, la ciudad capital del imperio Inca. A partir de Manco Capac se le sucedieron 13 incas en el gobierno, el último fue Atahualpa quien reinaba cuando llegaron los españoles. 
Los incas constituyeron un poderoso imperio que logró la expansión territorial en la época en que Colón iniciaba su viaje hacia lo desconocido. Abarcó desde las sierras  de la actual Colombia hasta el norte de Chile y de la Argentina, y desde la costa del océano Pacífico hasta el este de los bosques del río Amazonas. Los incas eran un pueblo originario de las sierras y desde allí dominaron, mediante la guerra de conquista, a los pueblos de las otras zonas. Establecieron la capital de su imperio en la ciudad de Cuzco, a la que consideraban el centro del universo. El imperio, que ellos llamaban Tahuantinsuyo -que quiere decir las cuatro partes del mundo-, estaba dividido en cuatro regiones, las que, a su vez, se subdividían en provincias. Al frente del imperio estaba el Inca, y las zonas conquistadas estaban dirigidas por los curacas o gobernadores de provincia. 
Organización económica y grupos sociales

La agricultura fue la base de la economía del imperio incaico.  La producción era muy variada y los cultivos más importantes eran el maíz y la papa.  Los incas aplicaron diferentes técnicas agrícolas que mejoraron el rendimiento de los cultivos.  En la zona árida de la costa usaron el guano -excremento de aves marinas- como fertilizante de las tierras y construyeron canales de riego.  En el interior, sobre las laderas de las sierras, cultivaban en terrazas.  Además, el dominio de pueblos que habitaban diferentes zonas les permitió obtener, mediante el pago de tributos, productos que no había en su propio hábitat. En la sociedad incaica se podían diferenciar varios grupos sociales.
La nobleza real incaica estaba formada por los sacerdotes, los guerreros y los funcionarios. Controlaban el Estado y vivían de los tributos que entregaban los campesinos.  A este grupo social pertenecía el Inca. Los curacas, o nobles de provincia, eran los nobles que gobernaban a los campesinos organizados en comunidades (ayllus). Su instrucción se realizaba en el Cuzco.  Eran los responsables de recibir los tributos de los ayllus, que luego entregaban al Estado incaico. 
El ayilu era la comunidad de campesinos unidos por vínculos familiares, que tenían antepasados en común y habitaban un mismo territorio.  El Estado entregaba tierras a cada comunidad para su subsistencia.  Anualmente, un funcionario local asignaba parcelas a cada familia según el número de sus componentes.  Pero los campesinos no eran propietarios de las tierras y estas parcelas eran trabajadas colectivamente por todos los miembros de la comunidad.  El ayllu debía entregar fuertes tributos en productos y en trabajo al Estado y a los curacas. 
En las laderas de la sierras, el cultivo en terrazas permitió un mejor aprovechamiento de la tierra fértil y facilitó el riego. Como técnica de labranza el palo cavador y una maza de cabeza de piedra, no conocían la rueda. 
La cría de llamas y de alpacas fue una actividad importante en la economía incaica. De ella obtenían lanas, carne y se usaban como animales de trabajo. La llama aunque no soporta más de 45 Kg. de peso soporta las grandes alturas. 
Entre los incas las tierras se dividían en tres zonas: las tierras de las comunidades, cuya producción alimentaba a las familias campesinas, la del Inca que mantenían al Inca , a los sacerdotes y el ejército, y las del Sol, con las que se mantenía el culto a los dioses. Los campesinos debían obligatoriamente trabajar en todas. 
Quinua: Conocida como "cereal madre" en la lengua quechua, la quinua (también quinoa)  fue el alimento básico de los Incas durante miles de años, unido a su religión y su cultura. Con la llegada de los conquistadores su cultivo fue substituido por maíz y patatas y en muy poco tiempo, la quinua desapareció con la aniquilación de esta cultura. Actualmente vuelve a cultivarse en los Andes, se siembra con éxito en Inglaterra y algunas de sus variedades, en diversos países. La Chenopodium quinoa, a pesar de ser una planta, ha sido clasificada como pseudo cereal, poseyendo el mayor índice de proteínas, calcio, fósforo, hierro y magnesio que los demás cereales. Contiene también todos los aminoácidos esenciales, es rica en fibra y vitaminas del grupo B y no contiene gluten. Siendo un grano blando, muy digestivo, de rápida cocción y apreciable sabor, además de sus propiedades nutritivas, es muy fácil de usar y se comercializa en infinidad de formas ; en grano, copos, harina, pasta, panes o snacks.

El Estado Incaico

 El Estado incaico fue teocrático porque el emperador, el Inca, era reconocido como el hijo del Sol, el dios más importante.  Un consejo de nobles y sacerdotes, llamados orejones y pertenecientes a la familia real, asesoraba al Inca en las tareas de gobierno. 
La gran expansión del imperio fue posible por la cuidada organización de la fuerza militar.  Para facilitar el desplazamiento de sus ejércitos, los incas construyeron una vasta red de caminos.  La existencia de tambos o postas a lo largo de esos caminos servía para el descanso de las tropas en campaña y para el recambio de animales y armas.
Todos los pueblos que pertenecían al imperio tenían la obligación de entregar al Estado una determinada cantidad de alguna materia prima o de productos manufacturados, según la producción característica de cada zona.  
Además, la población estaba obligada a realizar trabajos individuales en beneficio del Estado, los curacas o los sacerdotes.  Por esto, personas y productos recorrían también permanentemente el Camino del Inca.  La sociedad incaica funcionaba sobre la base de la reciprocidad y la redistribución. La reciprocidad era común entre las comunidades de campesinos de la región andina. Consistía en la práctica entre todos los miembros de una comunidad.  Por ejemplo, los habitantes de un ayllu se ayudaban entre sí a sembrar y a cosechar en las parcelas de subsistencia; y, en ocasión de un matrimonio, toda la comunidad ayudaba a levantar la casa de los recién casados.  Los incas incorporaron el principio de reciprocidad de los ayllus como una de las bases del funcionamiento económico y social de su imperio. La redistribución suponía el reconocimiento por parte de los campesinos de los diferentes niveles de autoridad que existían en la sociedad. 
Los ayllus entregaban los tributos a los curacas, y los bienes tributados se acumulaban en depósitos reales que estaban en aldeas, caminos y ciudades.  Allí eran contabilizados por funcionarios especializados que comunicaban a los administradores del Cuzco las cantidades de cada producto mediante el uso de quipus, contadores hechos con tiras de cuero en las que se realizaban nudos.  De este modo, el Inca conocía las cantidades de excedente y en qué regiones del imperio sobraban o faltaban determinados productos.  Cuando algunos pueblos del imperio no podían satisfacer sus necesidades básicas porque las regiones en las que vivían habían sido afectadas por malas cosechas u otras catástrofes, el Estado incaico redistribuía una parte de los alimentos, materias primas y productos manufacturados almacenados.  También utilizaba los bienes acumulados para costear los gastos de las constantes expediciones militares, y para premiar los servicios realizados por algunos funcionarios generalmente nobles.
Reciprocidad y Distribución: La sociedad incaica funcionaba sobre la base de la reciprocidad y la redistribución. La reciprocidad era común entre las comunidades de campesinos de la región andina. Consistía en la práctica entre todos los miembros de una comunidad.  Por ejemplo, los habitantes de un ayllu se ayudaban entre sí a sembrar y a cosechar en las parcelas de subsistencia; y, en ocasión de un matrimonio, toda la comunidad ayudaba a levantar la casa de los recién casados.  Los incas incorporaron el principio de reciprocidad de los ayllus como una de las bases del funcionamiento económico y social de su imperio.
La redistribución suponía el reconocimiento por parte de los campesinos de los diferentes niveles de autoridad que existían en la sociedad.  Los ayllus entregaban los tributos a los curacas, y los bienes tributados se acumulaban en depósitos reales que estaban en aldeas, caminos y ciudades.  Allí eran contabilizados por funcionarios especializados que comunicaban a los administradores del Cuzco las cantidades de cada producto mediante el uso de quipus, contadores hechos con tiras de cuero en las que se realizaban nudos.  De este modo, el Inca conocía las cantidades de excedente y en qué regiones del imperio sobraban o faltaban determinados productos.  Cuando algunos pueblos del imperio no podían satisfacer sus necesidades básicas porque las regiones en las que vivían habían sido afectadas por malas cosechas u otras catástrofes, el Estado incaico redistribuía una parte de los alimentos, materias primas y productos manufacturados almacenados.  También utilizaba los bienes acumulados para costear los gastos de las constantes expediciones militares, y para premiar los servicios realizados por algunos funcionarios generalmente nobles.
Los tributos de las comunidades campesinas dados al Estado eran de tres tipos:
1.     Trabajos colectivos en las tierras del Inca
2.     Trabajos individuales periódicos y rotativos a los que llamaban mita, con este sistema se construían puentes y caminos.
3.     Las comunidades debían entregar a los curacas alimentos, materia primas y productos manufacturados.

PRESAGIOS Y PROFECÍAS DE LA DERROTA INDÍGENA 
Los incas creían en muchos dioses. El dios Viracocha era considerado el dios de la vida, del Sol y de la Luna. Todos los demás dioses estaban subordinados a él. Al Sol se le atribuía los beneficios que hacía prosperar la agricultura.

  La llegada de los europeos a América fue anticipada por presagios y profecías de origen azteca e inca.  De los aztecas han llegado hasta nosotros fragmentos escritos.  En el caso de los incas, que no tenían escritura, las noticias provienen de la tradición oral indígena y de los testimonios que dejaron los cronistas de la época. 
Los presagios aztecas anunciaban que el retorno del dios Quetzalcoátl (imagen izq.) se produciría al final del reinado de Moctezuma y lo haría bajo la forma de un hombre blanco.  Antes de su llegada -afirmaban- ocurrirían una serie de fenómenos naturales y catástrofes.  Los testimonios así lo enunciaban:
"De aquí a muy pocos años nuestras ciudades serán destruidas y asoladas, nosotros y nuestros hijos muertos..."
Y prevenían al emperador:
"perderéis todas las guerras que comiences y otros hombres con las armas se harán dueños de estas tierras..."
Las profecías comenzaron a cumplirse a los tres años de la ascensión de Moctezuma al trono.  En 1510 se sucedieron un eclipse de Sol y la aparición de un cometa.  Al poco tiempo Hernán Cortés desembarcó en las costas de México... y no pasó mucho tiempo hasta que los indígenas tomaron conciencia de que no era precisamente el dios que aguardaban.
En el imperio de los incas la llegada de los españoles también fue precedida por presagios y profecías.  Se anunciaban fenómenos naturales: rayos, cometas y cambios en el color del Sol y la Luna.  El cronista Garcilaso de la Vega cuenta al respecto:
"Hubo grandes terremotos y temblores de tierra (a poco de arribar los españoles) que, aunque en el Perú son frecuentes, notaron que los temblores eran mayores que los ordinarios, y que caían muchos cerros altos."
Los incas esperaban también el retorno de un dios salvador, Viracocha.  Por ello cuando tuvieron noticias de la llegada de Pizarro, muchos creyeron que era la esperada divinidad:
"Quién puede ser sino Viracocha... era de barba negra y otros que lo acompañaban de barbas negras y bermejas".
Pero los españoles pronto disiparon la ilusión de los incas, según lo afirmaba un cronista de origen indígena:
"Pensábamos que era gente grata y enviados de Viracocha, pero paréceme que ha salido al revés, hermanos, que estos que entraron a nuestras tierras no son hijos de dios sino del demonio."
Artes, ciencia y legado cultural:
Utilizaban eL adobe (ladrillo de arcilla secado al sol) o la piedra para sus construcciones, Las cuaLes carecían por Lo general de ventanas (La luz entraba por pequeños nichos y por Las puertas abiertas en Los muros). EL ajuste de las piedras resultaba tan perfecto, que entre una y otra no quedaban separaciones. Conocieron el falso arco, pero lo aplicaron sólo en bóvedas pequeñas.
EL carácter de La arquitectura estaba dado por: fortalezas militares o pucarás (puntos estratégicos en Lo alto de las serranías comoMachu-Picchu), edificios religiosos (como eL templo del Sol en Cuzco, en parte revestido con oro), palacios y arquitectura funeraria (que variaba, desde el simple pozo hecho en La habitación del muerto a las chupas, de forma piramidal). También hicieron caminos, salvando los desniveles del terreno con escalinatas.
Existían dos caminos públicos que unían Cuzco con Quito contampus, edificios que se elevaban de tanto en tanto destinados a servir como posadas. En cuanto a la cerámica, el elemento típico fue el aribalo (imagen derecha: vasos de cuello estrecho y Largo, con dos asas en los costados y dibujos geométricos), que utilizaban para almacenar agua. Trabajaron La madera y conocieron la técnica del laboreo de los metales, cincelando la plata, el oro y el cobre, al que agregaban estaño para obtener bronce.
Tuvieron un desarrollo textil importante. Utilizaron Lana de vicuña y algodón. Fueron amantes de la música y sus instrumentos eran tambores y caracolas marinas. (imagen izq. quipus)
El calendario inca o año solar, constaba de doce meses de treinta días cada uno, más cinco días finales. Cada mes tenía su nombre y se dividía en semanas. El año empezaba eL 22 de junio. También tuvieron el año Lunar, que era de 354 días y se hacía corresponder con eL solar, añadiéndole once días repartidos entre los meses. La lengua propia era el quechua o quichua.
No tuvieron escritura, pero sí un sistema para recordar ciertos hechos: Los quipus (cuerda eje de La que colgaban otras de distintos colores; en cada cuerda se hacia un nudo, cuyo significado dependía de la ubicación). Los quipucamayos eran los únicos que descifraban los quipus. Un servicio útil relacionado con los caminos era eL de Los chasquis o correos, que tenían por objeto Llevar las órdenes del Inca a través del Imperio.

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Biografía de los Incas


Los incas eran un grupo familiar de origen quechua, que llegó a dominar un amplio imperio andino, elIncario, Imperio Inca Tahuantinsuyu (imperio de las cuatro partes del mundo). La palabra inca, pues, es equívoca, ya que denomina, además de ese clan dominante, el propio imperio que formó, la magistratura imperial que lo encabezaba y la civilización que floreció en su seno.
El inca era un jefe militar, político y religioso; tenía un carácter semidivino, pues era venerado como personificación del dios Sol. Su poder se basaba en una especie de absolutismo teocrático, que venía a coronar una organización colectivista de la sociedad: a cambio de la obligación de sustentar a sus súbditos, el inca imponía a éstos el deber de trabajar en la construcción de obras de regadío, edificios públicos, puentes, túneles y una extensa red de carreteras.
El clan incaico estaba jerarquizado en tres grupos, según el parentesco que tuvieran con el inca: el grupo superior lo constituían el inca, sus hermanos, ascendientes y descendientes, incluida la hermana mayor del inca (coya), con quien éste estaba obligado a contraer matrimonio para mantener la pureza del linaje; un segundo grupo eran las palla, concubinas del inca, también de sangre real, y su descendencia; y el grupo inferior eran las mama-kunas, concubinas no emparentadas con el clan, con sus respectivos descendientes. Los hijos de las concubinas de la segunda y la tercera clase constituían la aristocracia del imperio, de donde se extraía el personal dirigente del clero, el ejército y la política.

Según la tradición incaica, los incas descendían de Manco Cápac, hijo del Sol, que se estableció en Cuzco, procedente del lago Titicaca, en el siglo XIII; no es seguro si este personaje legendario existió realmente, al igual que ocurre con sus siete primeros sucesores. Durante esa época, llamada del «imperio legendario», el dominio inca se limitaba a la ciudad de Cuzco y sus alrededores.
El «imperio histórico» se inicia en el siglo XV, con los incas Pachacuti Inca Yupanqui (1438-71) y Túpac Inca Yupanqui (1471-93); ambos extendieron su dominación formando propiamente el Tahuantinsuyu,que abarcaría lo que hoy es el Perú, Ecuador y Bolivia, el sur de Colombia y el centro y norte de Chile, un vasto imperio andino que limitaba al oeste con las costas del Pacífico y al este con la selva amazónica.
Su sucesor, Huayna Cápac (1493-1525) extendió ligeramente el imperio llevándolo a su apogeo, pero a su muerte lo dividió entre sus dos hijos: el reino de Cuzco para Huáscar y el de Quito para Atahualpa.
Estalló entonces una guerra entre los dos hermanos por hacerse con el control del imperio (1527-32); en ese momento tuvo lugar la aparición de los españoles en Perú. Pizarro aprovechó el enfrentamiento para conquistar el país (1532-33), apoyando a Atahualpa hasta que venció y ejecutó a Huáscar, y matando luego a Atahualpa, para nombrar inca a su hermano Manco Cápac II o Manco Inca (1533-44).
Éste trató a los españoles como aliados, hasta que, en 1536-37, encabezó una rebelión contra ellos. Los españoles consiguieron sofocar la rebelión con el auxilio del propio hermano del inca, Paullu. Derrotado, Manco Cápac se retiró a la región montañosa de Vilcabamba, donde mantuvo un foco de resistencia organizado como remedo del antiguo imperio.
Le sucedieron sus hijos Sayry Túpac (1544-58), Tito Cusi (1558-71) y Túpac Amaru I (1571-72), hasta que en 1572 los españoles tomaron el reducto y ejecutaron al último inca. De una hija de Túpac Amaru sería descendiente Túpac Amaru II o simplemente Túpac Amaru, cacique que en el siglo XVIII protagonizó una sublevación indígena contra los españoles.